Es la última figura importante del Siglo de Oro. Nació en Madrid el 17 de enero de 1600. Se educó con los jesuitas en Madrid, y continuó los estudios en las universidades de Alcalá y Salamanca hasta 1620. Fue soldado en la juventud y sacerdote en la vejez, lo que era bastante habitual en la España de su tiempo.
De su vida militar existen pocas noticias, aunque consta que tomó parte en la campaña para sofocar la rebelión de Catalunya contra la Corona (1640). Disfrutó del máximo prestigio en la brillante corte de Felipe IV y su nombre va asociado a la inauguración del palacio del Buen Retiro de Madrid, en 1635, y a numerosas representaciones teatrales palaciegas. El rey le honró otorgándole el hábito de Santiago. También fue capellán de la catedral de Toledo y capellán del rey. Murió en Madrid el 25 de mayo de 1681.
En vida fue un autor respetado por todos y rara vez aparece mezclado en las violentas polémicas literarias de sus compañeros de letras. Después de la muerte de Lope de Vega, en 1635, fue reconocido como el dramaturgo más importante de su época. En 1623, año en el que Velázquez es nombrado por el rey Felipe IV pintor de cámara, se representó la primera comedia conocida de Calderón de la Barca: Amor, honor y poder, donde ya desarrolla el problema del honor. No de una forma desgarrada y violenta, como ocurrirá con sus dramas, sino a través de un claroscuro de apariencia y realidad. La dama duende, escrita en 1629, es una de las comedias más famosas de Calderón.
Su movimiento de escena y de personajes que parece adivinar el escenario giratorio, la gracia de las soluciones y actitudes, el encanto que preside toda la intriga, la oscilación entre realidad y ficción, hacen de ella una obra llena de aciertos escénicos y cuya representación tiene hoy día un éxito seguro y constante. Casa con dos puertas, mala es de guardar (1632) desarrolla un asunto parecido al de La dama duende, que tanto éxito había tenido. En No hay burlas con el amor (1637), demuestra que un criado con ser criado padece y sufre las mismas pasiones que un noble, y plantea, como en las anteriores, el problema de la educación de la mujer.
A estas obras de Calderón se las suele incluir en la categoría de comedias "de capa y espada". Esto es, obras de enredo y de costumbres en las que el amor, el honor y los celos rigen las situaciones, casi siempre equívocas, y las reacciones de los personajes (el galán, la dama, el gracioso, los amigos, los rivales), y tienen un final feliz. Sus dramas se dividen en dramas religiosos, trágicos o de honor, y filosóficos. Entre los primeros destacan El príncipe constante (1629) y El mágico prodigioso (1637), que tanto entusiasmaron a los románticos alemanes.
Los dramas de honor se atienen a la estructura de las comedias en lo que se refiere a la intriga amorosa, aunque el complejo concepto del honor desempeña un papel más importante e implica un desenlace trágico y sangriento. El médico de su honra (1635) es uno de los más característicos. Pero el mejor de los dramas trágicos de Calderón es El alcalde de Zalamea (1640), donde un capitán rapta y fuerza a la hija de un rico labrador que acaba de ser nombrado alcalde del pueblo. La vida es sueño (1636), es una de las obras de la literatura española de valor universal. Su complejidad, como ocurre con tantas obras maestras, ha dado lugar a infinidad de interpretaciones.
En los autos sacramentales, Calderón dramatiza conceptos abstractos de la teología católica convirtiéndolos en personajes, por lo que al público le resultan reales. Aparecen en escena Dios, la Discreción, la Hermosura y otros entes abstractos. Escribió unos ochenta, y los más conocidos son El gran teatro del mundo (1636) y el Auto de la vida es sueño (1670). Goethe consideraba a Calderón el gran genio del teatro.